Voto femenino en españa 1933

El derecho al voto de las mujeres por países

El sufragio femenino en el periodo de la Segunda República española fue el resultado de esfuerzos que se remontan a mediados del siglo XIX. Las mujeres y los hombres que trabajaban por el sufragio universal tuvieron que luchar contra los objetivos feministas anteriores que priorizaban los objetivos sociales, como el acceso a la educación, los derechos políticos como el derecho al voto de la mujer y la igualdad de salarios. A medida que se desarrollaba la clase media y las mujeres tenían más acceso a la educación, empezaron a centrarse más en la cuestión del sufragio, pero a menudo en torno a filosofías ideológicas específicas; no estaban vinculadas a un movimiento más amplio de la clase trabajadora que reclamaba la emancipación de la mujer.

Entre 1877 y 1930 hubo varios intentos de otorgar a las mujeres el derecho al voto. Durante la dictadura de Primo de Rivera, las mujeres tuvieron derecho al voto durante dos años, de 1924 a 1926. Debido a que se pasó de un congreso elegido a un gobierno nombrado, no se celebraron elecciones en este periodo y las mujeres nunca acudieron a las urnas. También hubo intentos infructuosos de dar el sufragio a las mujeres en 1877, 1907, 1908 y 1918. A pesar de ello, el real decreto de Primo de Rivera y los argumentos esgrimidos en ese periodo resultarían influyentes durante el debate en el periodo siguiente.

Quién puede votar en españa

El sufragio femenino en el periodo de la Segunda República española fue el resultado de esfuerzos que se remontan a mediados del siglo XIX. Las mujeres y los hombres que trabajaban para conseguir el sufragio universal tuvieron que luchar contra objetivos feministas anteriores que daban prioridad a los objetivos sociales, como el acceso a la educación, los derechos políticos como el derecho al voto de la mujer y la igualdad de salarios. A medida que se desarrollaba la clase media y las mujeres tenían más acceso a la educación, empezaron a centrarse más en la cuestión del sufragio, pero a menudo en torno a filosofías ideológicas específicas; no estaban vinculadas a un movimiento más amplio de la clase trabajadora que reclamaba la emancipación de la mujer.

Entre 1877 y 1930 hubo varios intentos de otorgar a las mujeres el derecho al voto. Durante la dictadura de Primo de Rivera, las mujeres tuvieron derecho al voto durante dos años, de 1924 a 1926. Debido a que se pasó de un congreso elegido a un gobierno nombrado, no se celebraron elecciones en este periodo y las mujeres nunca acudieron a las urnas. También hubo intentos infructuosos de dar el sufragio a las mujeres en 1877, 1907, 1908 y 1918. A pesar de ello, el real decreto de Primo de Rivera y los argumentos esgrimidos en ese periodo resultarían influyentes durante el debate en el periodo siguiente.

Derecho de voto en españa

El sufragio femenino es el derecho de las mujeres a votar en las elecciones. A partir de mediados del siglo XIX, además de la labor realizada por las mujeres en pro de una amplia igualdad económica y política y de las reformas sociales, las mujeres trataron de cambiar las leyes electorales para poder votar. Se formaron organizaciones nacionales e internacionales para coordinar los esfuerzos hacia ese objetivo, especialmente la Alianza Internacional por el Sufragio Femenino (fundada en 1904 en Berlín, Alemania), así como por la igualdad de derechos civiles para las mujeres[1].

En los últimos siglos se han dado muchos casos en los que se ha concedido a las mujeres el derecho al voto de forma selectiva y luego se les ha quitado. El primer lugar del mundo en conceder y mantener el sufragio femenino fue Nueva Jersey en 1776 (aunque en 1807 se revirtió para que sólo pudieran votar los hombres blancos)[2].

La contribución de las mujeres al esfuerzo bélico puso en tela de juicio la noción de la inferioridad física y mental de las mujeres e hizo más difícil mantener que las mujeres eran, tanto por constitución como por temperamento, incapaces de votar. Si las mujeres podían trabajar en las fábricas de municiones, parecía ingrato e ilógico negarles un lugar en la cabina de votación. Pero el voto era mucho más que una simple recompensa por el trabajo en la guerra; la cuestión era que la participación de las mujeres en la guerra ayudaba a disipar los temores que rodeaban la entrada de las mujeres en la escena pública[10].

Los derechos de la mujer en la españa franquista

La primera vez que todas las mujeres españolas pudieron votar en las elecciones para la legislatura nacional fue el 19 de noviembre de 1933, durante la Segunda República Española.    Estas mujeres sólo podrían votar en las elecciones nacionales una vez más, en 1936. Este periodo terminó con la Guerra Civil española y el inicio oficial de la España franquista en 1939[1] Entre 1939 y 1976, las oportunidades de votar a nivel nacional fueron casi inexistentes en España.    Hubo tres referendos nacionales, y dos elecciones de abogados para representar a las familias en los tribunales. También hubo ocho elecciones municipales. Debido a los controles de la dictadura, los cargos municipales y legislativos elegidos estaban limitados en los cambios que podían promulgar[2].

Las elecciones municipales comprendían tres categorías. Las primeras elecciones municipales sindicales tuvieron lugar en 1944.  Las elecciones sindicales de 1944 fueron ampliamente boicoteadas por muchos trabajadores sindicales que se mostraban escépticos ante las actuaciones del régimen.    Estas elecciones fueron controladas por Franco a través de la derechista Falange. UGT y CNT siguieron boicoteando las elecciones sindicales en los años 50 y 60, ya que consideraban que legitimaban el régimen[4] Las elecciones no eran una amenaza para el régimen, ya que tenían el control de quién podía presentarse.    La continuidad del régimen estaba asegurada como explicó Emilio Lamo de Espinosa, gobernador civil de Málaga, diciendo que había sido creado «por el esfuerzo de una guerra y sólo una acción de igual pero opuesta significación puede arruinar nuestra continuidad política. «[4] Alejandra Bujedo Fernández y María Pilar Zarzuela Plaza fueron las primeras candidatas a unas elecciones sindicales municipales en Valladolid, pero no se presentaron hasta 1970, y a ellas se unió Esperanza López Delgado, que se presentó a uno de los tres cargos de las corporaciones y entidades[6].