Historia de la vida laboral

integración vida-trabajo

La integración de la vida laboral y personal ha surgido como el término de moda para describir la experiencia holística del empleado que las organizaciones actuales tratan de ofrecer. En lugar de ver el trabajo en términos de cuánto tiempo le quita a los empleados de otras responsabilidades o intereses, los líderes de RRHH están cambiando para explorar el trabajo y la vida como una experiencia integrada.

En un pasado no tan lejano, las empresas hablaban constantemente de la importancia del equilibrio entre la vida laboral y la personal. El término abarcaba un concepto que consideraba el trabajo como una parte de la experiencia del empleado, y los intereses externos como la familia, los amigos, las aficiones y la salud como otra. El objetivo era garantizar que el trabajo no restara demasiado tiempo a la vida fuera de la oficina, al tiempo que se aseguraba que los empleados rindieran al nivel requerido por los empleadores.

El «equilibrio entre la vida laboral y la personal» empezó a utilizarse en los años 70 y 80, cuando los estresados baby boomers se esforzaban por lograr un equilibrio entre la carrera, la familia y otras áreas de su vida. Sin embargo, el cambio de experiencias generacionales ha animado a los responsables de RRHH a reevaluar el término. Según Forbes, la Generación X se ha centrado mucho en el aspecto del equilibrio, adoptando las tendencias de trabajo a distancia y utilizando el PTO para centrarse en la familia y el trabajo fuera de la oficina.

interfaz entre el trabajo y la vida privada

La interfaz entre el trabajo y la vida privada es la intersección entre el trabajo y la vida personal. Hay muchos aspectos de la vida personal que pueden cruzarse con el trabajo, como la familia, el ocio y la salud. La interfaz trabajo-vida es bidireccional; por ejemplo, el trabajo puede interferir con la vida privada, y la vida privada puede interferir con el trabajo. Esta interfaz puede ser de naturaleza adversa (por ejemplo, conflicto entre el trabajo y la vida privada) o beneficiosa (por ejemplo, enriquecimiento de la vida privada)[1] Las investigaciones recientes han demostrado que la interfaz entre el trabajo y la vida privada se está volviendo cada vez más ilimitada, especialmente en el caso de los trabajadores que utilizan la tecnología[2] El equilibrio entre el trabajo y la vida privada es el equilibrio entre la vida personal y el trabajo profesional[3][4][5].

Varias teorías explican diferentes aspectos de la relación entre la vida laboral y familiar. La teoría de los límites y la teoría de la frontera son las dos teorías fundamentales que los investigadores han utilizado para estudiar estos conflictos de roles. Otras teorías se basan en estas dos teorías. En las dos décadas transcurridas desde que se propusieron por primera vez la teoría de los límites y la teoría de las fronteras, el auge de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha modificado drásticamente la relación entre el trabajo y la vida familiar[6]. Ahora el trabajo puede realizarse en cualquier momento y en cualquier lugar, lo que significa que es más probable que los ámbitos se mezclen y que los límites apenas existan[7].

integración de la vida laboral y familiar

El término «equilibrio entre la vida laboral y personal» no ha dejado de estar de moda en los últimos años. Esto se debe en parte a la presencia dominante de los millennials en la fuerza de trabajo. Los empresarios han hecho un gran esfuerzo para determinar la mejor manera de atraer a los trabajadores de la generación del milenio. Con la previsión de que la generación de los mileniales ocupará el 75% de la mano de obra en 2025, muchos líderes piensan que es el momento de redefinir lo que es el equilibrio entre la vida laboral y la personal.

El equilibrio entre el trabajo y la vida privada es un aspecto importante de un entorno laboral saludable. Mantener el equilibrio entre el trabajo y la vida personal ayuda a reducir el estrés y a prevenir el agotamiento en el lugar de trabajo. El estrés crónico es uno de los problemas de salud más comunes en el lugar de trabajo. Puede provocar consecuencias físicas como hipertensión, problemas digestivos, dolores crónicos y problemas cardíacos. El estrés crónico también puede tener un impacto negativo en la salud mental, ya que está relacionado con un mayor riesgo de depresión, ansiedad e insomnio.

Demasiado estrés durante un largo periodo de tiempo conduce al agotamiento laboral. Los empleados que trabajan muchas horas extras corren un alto riesgo de agotamiento. El agotamiento puede provocar fatiga, cambios de humor, irritabilidad y una disminución del rendimiento laboral. Esto es una mala noticia para los empresarios porque, según Harvard Business Review, los problemas psicológicos y físicos de los empleados quemados cuestan entre 125.000 y 190.000 millones de dólares al año en gastos sanitarios en Estados Unidos.

introducción a la conciliación de la vida laboral y familiar

Pero el problema es que a menudo nos decimos a nosotros mismos: «‘Voy a dedicar ocho horas al trabajo, y luego voy a dedicar ocho horas a mi tiempo, que incluirá a mi familia, mis aficiones, mi entrenamiento, mi todo'», dice Anat Lechner, profesora clínica asociada de gestión en la Universidad de Nueva York. «No creo que sea una fórmula tan sencilla».

Y, según nuevos hallazgos, puede que no lo sea. Algunos investigadores nos animan ahora a dejar de pensar en el equilibrio entre la vida laboral y personal como un logro que se consigue o no se consigue. En su lugar, sugieren que puede ser más bien un proceso que dura toda la vida, un ejercicio continuo e interminable que requiere vigilancia, autoconciencia y ajustes oportunos.

Olvídese de alcanzar esa meta dorada: las investigadoras Ioana Lupu, de la Escuela de Negocios ESSEC (Francia), y Mayra Ruiz-Castro, de la Universidad de Roehampton (Reino Unido), sostienen que el equilibrio entre la vida laboral y la personal es «un ciclo, no un logro».

En su estudio de 2020, las investigadoras entrevistaron a casi 80 empleados de dos empresas londinenses -un número igual de hombres y mujeres de entre 30 y 50 años, todos con al menos un hijo a cargo- que trabajaban en puestos de dirección media o alta.