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Trabajar 4 días a la semana
ejemplos de horarios de 4 días a la semana
Una semana laboral de cuatro días, o un horario de trabajo comprimido,[1] es un acuerdo en el que un lugar de trabajo o escuela hace que sus empleados o estudiantes trabajen o asistan a la escuela en el transcurso de cuatro días a la semana en lugar de los cinco más habituales[2]. Este acuerdo puede formar parte de un horario de trabajo flexible, y a veces se utiliza para reducir los costes, como se ve en el ejemplo de la llamada «semana laboral 4/10», donde los empleados trabajan 40 horas normales en cuatro días, es decir, una semana «cuatro-diez»[3]. Sin embargo, una semana de cuatro días también puede ser un horario de trabajo fijo[1].
El impulso hacia la implantación de la «semana de cuatro días» ha seguido siendo relevante en el ámbito laboral contemporáneo debido a los diversos beneficios posibles que puede aportar. Aunque en su mayoría no han sido probados, estos beneficios radican principalmente en el aumento de la reducción de costes, la productividad y el equilibrio entre la vida laboral y la personal. La teoría que subyace es que si los empleados o los estudiantes trabajan o asisten a la escuela un día menos a la semana, tendrán más tiempo para dedicarse a sus aficiones, pasar tiempo con la familia, dormir más y aumentar la moral en general. La semana de cuatro días puede tomar varias formas. Tomarse los viernes libres, medias jornadas y diferentes días libres para los distintos empleados son opciones que se tienen en cuenta a la hora de iniciar la semana de cuatro días. En consecuencia, estos empleados o estudiantes serán más productivos y estarán más frescos para trabajar o aprender, lo que compensará el día perdido en el que, de otro modo, estarían sobrecargados de trabajo y/o cansados. Además, al tener el lugar de trabajo o la escuela abierta un día menos a la semana, los costes de funcionamiento y los costes medioambientales disminuirán tanto para las empresas como para la sociedad[cita requerida].
desventajas de la semana laboral de 4 días
Programa piloto en EE.UU. e Irlanda¿Quieres unirte a un grupo de empresas que pondrán a prueba la semana de 4 días en EE.UU. o Irlanda el año que viene?
Llevamos la semana de 4 días a nivel mundial 4 Day Week Global es una comunidad sin ánimo de lucro creada por Andrew Barnes y Charlotte Lockhart para ofrecer una plataforma a personas con ideas afines que estén interesadas en apoyar la idea de la semana de 4 días como parte del futuro del trabajo. Esta idea nació de las olas de atención que recibimos de todo el mundo en reacción a nuestro exitoso programa lanzado en Perpetual Guardian en 2018.
Animamos a las empresas, a los empleados, a los investigadores y a los gobiernos a que todos desempeñen su papel en la creación de una nueva forma de trabajo que mejore la productividad de las empresas, los resultados de la salud de los trabajadores, el fortalecimiento de las familias y las comunidades, que desafíe la cuestión de la igualdad de género y que trabaje por un entorno de trabajo más sostenible.
semana laboral de 4 días en europa
Una semana laboral de cuatro días, o un horario de trabajo comprimido,[1] es un acuerdo en el que un lugar de trabajo o escuela hace que sus empleados o estudiantes trabajen o asistan a la escuela en el transcurso de cuatro días a la semana en lugar de los cinco más habituales[2]. Este acuerdo puede formar parte de un horario de trabajo flexible, y a veces se utiliza para reducir los costes, como se ve en el ejemplo de la llamada «semana laboral 4/10», donde los empleados trabajan 40 horas normales en cuatro días, es decir, una semana «cuatro-diez»[3]. Sin embargo, una semana de cuatro días también puede ser un horario de trabajo fijo[1].
El impulso hacia la implantación de la «semana de cuatro días» ha seguido siendo relevante en el ámbito laboral contemporáneo debido a los diversos beneficios posibles que puede aportar. Aunque en su mayoría no han sido probados, estos beneficios radican principalmente en el aumento de la reducción de costes, la productividad y el equilibrio entre la vida laboral y la personal. La teoría que subyace es que si los empleados o los estudiantes trabajan o asisten a la escuela un día menos a la semana, tendrán más tiempo para dedicarse a sus aficiones, pasar tiempo con la familia, dormir más y aumentar la moral en general. La semana de cuatro días puede tomar varias formas. Tomarse los viernes libres, medias jornadas y diferentes días libres para los distintos empleados son opciones que se tienen en cuenta a la hora de iniciar la semana de cuatro días. En consecuencia, estos empleados o estudiantes serán más productivos y estarán más frescos para trabajar o aprender, lo que compensará el día perdido en el que, de otro modo, estarían sobrecargados de trabajo y/o cansados. Además, al tener el lugar de trabajo o la escuela abierta un día menos a la semana, los costes de funcionamiento y los costes medioambientales disminuirán tanto para las empresas como para la sociedad[cita requerida].
experimento de semana laboral de 4 días
En España se está probando un modelo de trabajo similar: una semana laboral de cuatro días. En Japón se insta a los empresarios a que permitan a sus empleados trabajar cuatro días de 10 horas. Y en Escocia se ha anunciado recientemente una política de reducción de la jornada laboral en un 20%, sin que ello suponga una disminución del salario.
Las organizaciones también están llevando a cabo sus propios experimentos. Una empresa neozelandesa redujo las horas semanales de 37,5 a 30, y permitió a los empleados decidir qué días trabajarían. Otra organización dio a sus empleados un viernes libre cada dos meses; según el director general, algunos trabajadores disfrutan utilizando ese día para el «trabajo profundo» individual, sin distraerse con reuniones o llamadas.
Curiosamente, aunque el porcentaje de trabajadores comprometidos era similar en las tres condiciones de la semana laboral, el porcentaje de trabajadores activamente desvinculados era mayor en las semanas laborales de cuatro y seis días. La proporción de empleados comprometidos con respecto a los activamente desvinculados fue mejor para los que tenían semanas laborales de cinco días: una proporción de 3,2 a 1. Los trabajadores de cuatro días tenían una proporción de 2,2 a 1, y los de seis días una proporción de 2,1 a 1.