Argentina rechaza el aborto

Protesta por el aborto en argentina

La penalización del aborto no impide que las personas interrumpan los embarazos no deseados.  Las obliga a buscar abortos fuera de la regulación del Estado, y muchos se realizan de forma insegura.  Muchas, sobre todo las que viven en la pobreza o en zonas rurales, recurren a abortos autoinducidos o buscan la ayuda de proveedores no capacitados.

Los abortos inseguros pueden provocar problemas de salud a corto o largo plazo, e incluso la muerte.  En 2018, el Ministerio de Salud Nacional de Argentina informó de 35 muertes por aborto, que constituyen el 13% de las muertes maternas.  Muchas de estas muertes son prevenibles.

Las interpretaciones autorizadas de los tratados ratificados por Argentina han establecido desde hace tiempo que las leyes de aborto altamente restrictivas violan los derechos humanos de las mujeres y las niñas, incluidos sus derechos a la vida, a la salud y a no ser sometidas a tratos crueles, inhumanos y degradantes.  Mientras Argentina penalice el aborto, las personas embarazadas se enfrentarán a injustas dificultades para ejercer sus derechos, especialmente las que dependen del sistema de salud pública y las que viven en provincias que carecen o no aplican la normativa sobre el aborto.

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La Constitución de Argentina no establece disposiciones específicas sobre el aborto, pero la reforma de 1994 agregó rango constitucional a una serie de pactos internacionales, como el Pacto de San José, que declara el derecho a la vida «en general, desde el momento de la concepción». La interpretación de la expresión «en general» en determinados casos de aborto sigue siendo objeto de debate.

En 1998, tras una visita al Vaticano y una entrevista con el Papa Juan Pablo II, el presidente Carlos Menem promulgó un decreto por el que se declaraba el 25 de marzo como Día del Niño por Nacer. La fecha se debía al día sagrado católico de la Anunciación (es decir, la concepción, por parte de la Santísima Virgen María, de Jesucristo, el Hijo de Dios, en su vientre). El gobierno de Menem ya se había alineado con la Santa Sede en su total rechazo al aborto y la anticoncepción. Durante la primera celebración de la nueva fiesta, en 1999, el presidente afirmó que «la defensa de la vida» era «una prioridad de la política exterior [de Argentina]»[25].

Historia del aborto en argentina

(Buenos Aires) – Las restricciones al acceso a los anticonceptivos y al aborto en Argentina amenazan los derechos fundamentales de las mujeres a la vida, la salud y la igualdad, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy.

El informe de 85 páginas, «Decisiones negadas: El acceso de las mujeres a los anticonceptivos y al aborto en Argentina», documenta cómo los jueces, los médicos y los trabajadores de la salud impiden a las mujeres tomar decisiones reproductivas independientes, en violación de los derechos humanos de las mujeres reconocidos internacionalmente.

«Las restricciones a la anticoncepción y el aborto en Argentina impiden a las mujeres decidir cuántos hijos quieren tener y cuándo», dijo LaShawn R. Jefferson, director de Derechos de la Mujer de Human Rights Watch. «Estas leyes y prácticas tratan efectivamente a las mujeres como menores de edad».

El informe también expone algunos de los efectos perjudiciales de la violencia doméstica en la salud reproductiva de las mujeres. El gobierno argentino no ha hecho lo suficiente para remediar estos abusos y sus efectos en la salud de las mujeres, dijo Human Rights Watch.

Gladis M., de 35 años y madre de ocho hijos, dijo que durante 14 años su marido la golpeó y le impidió usar anticonceptivos. Gladis dijo que su marido le decía repetidamente: «Te voy a llenar de hijos para que no te puedas ir de mi lado».

Aborto en argentina

El 29 de noviembre de 2016, el Tribunal Supremo de Brasil dictaminó en una decisión no vinculante que «el aborto no debe ser un delito cuando se realiza en los tres primeros meses de embarazo»[7] Esta sentencia es muy controvertida, debido a que el gobierno brasileño acaba de aprobar un proyecto de ley, a principios de 2016, que pretendía endurecer aún más la ley brasileña sobre el aborto[8].

El número de abortos clandestinos que tienen lugar en Brasil es un tema muy controvertido que divide a los activistas pro-vida y pro-aborto[9] Un estudio publicado por el International Journal of Women’s Health en 2014, estimó que en Brasil se producen alrededor de 48 mil abortos clandestinos anualmente[10] Institutos pro-elección como Anis – Instituto de Bioética, sin embargo, estiman un número mucho mayor[11].

En una encuesta realizada en 2005, un tercio de los médicos brasileños que declararon haber realizado abortos, utilizaron la dilatación y el legrado. Tienen poca experiencia con la aspiración al vacío, pero la conocen como método. Conocen en general el aborto médico con misoprostol (Cytotec) u otras prostaglandinas para inducir el aborto, pero tienen menos experiencia con él. Pocos conocen los regímenes más nuevos y eficaces que utilizan mifepristona o metotrexato[16].