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Alvaro de la iglesia escritor
La vida entera – trailer en español
Los primeros escritos de Laiglesia fueron para la revista satírica «La Ametralladora», fundada por Miguel Mihura. Sólo tenía 16 años cuando empezó a colaborar. Sin embargo, la familia consideró que necesitaba una carrera más segura y, al terminar la guerra, le enviaron a trabajar al Banco de España. Sin embargo, sólo duró cien días en el banco, después de lo cual, deseoso de ver algo del mundo, se embarcó en un vapor que navegaba hacia La Habana. En Cuba, su amigo Pepín Rivero le consiguió un trabajo en el Diario de la Marina, con un sueldo semanal de diez pesos[2].
Regresó de Cuba en marzo de 1941[3]. En España pasó al diario «Informaciones» y luego, en 1942, fue cofundador del semanario de noticias «La Codorniz», comprometido, según su lema, a producir «el humor más audaz para el lector más inteligente». A partir de 1944, sería el director de esta publicación durante 33 años[3][4].
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Su novela Adoración ( 1884 ) es considerada por la crítica como su obra maestra. En ella combina elementos típicamente modernistas y románticos con la cultura del Caribe. Otras obras son: Pepe Antonio (1903), Una vocación (1908), Tradiciones cubanas (1911), Cuadros antiguos (1915) y Cosas de antaño (1916), de tipo costumbrista .
En vida alcanzó gran notoriedad en Cuba gracias a sus cuentos, publicados en periódicos como La Familia Cristiana ( 1891 ), La Región ( fundada por él en Matanzas en 1892 ), La Época , La Discusión , El Mundo , El Fígaro ( donde colaboró entre 1900 y 1913 ), Chic y El Heraldo de Cuba .
Esta cayendo/ versión en inglés
Los primeros escritos de Laiglesia fueron para la revista satírica «La Ametralladora», fundada por Miguel Mihura. Sólo tenía 16 años cuando empezó a colaborar. Sin embargo, la familia consideró que necesitaba una carrera más segura y, al terminar la guerra, le enviaron a trabajar al Banco de España. Sin embargo, sólo duró cien días en el banco, después de lo cual, deseoso de ver algo del mundo, se embarcó en un vapor que navegaba hacia La Habana. En Cuba, su amigo Pepín Rivero le consiguió un trabajo en el Diario de la Marina, con un sueldo semanal de diez pesos[2].
Regresó de Cuba en marzo de 1941[3]. En España pasó al diario «Informaciones» y luego, en 1942, fue cofundador del semanario de noticias «La Codorniz», comprometido, según su lema, a producir «el humor más audaz para el lector más inteligente». A partir de 1944, sería el director de esta publicación durante 33 años[3][4].
Laiglesia fue un novelista prolífico y, en su época, popular. Entre sus obras destacan «Un náufrago en la sopa» (1944), «Todos los ombligos son redondos» (1956), «Yo soy Fulana de Tal» (1963), «Réquiem por una furcia» (1970) y «Una larga y cálida gotera» (1975).
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