General pershing terrorists

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Después de que se esforzara por condenar un atentado terrorista de supremacía blanca en Estados Unidos, lo condenara a regañadientes y luego pivotara sobre la idea de que no todos los participantes en un mitin neonazi que acabó con el asesinato de una mujer eran necesariamente malos, un mortal atentado terrorista en Barcelona ofreció al presidente Trump el terreno más cómodo de hablar del terrorismo islámico.

Se trata de una referencia a una historia que Trump ha contado en el pasado sobre los esfuerzos realizados por Estados Unidos para someter a una insurgencia en Filipinas. Estados Unidos se hizo con el control de las islas tras una breve guerra con España en 1898, y luego libró una guerra de tres años contra los lugareños para asegurar su control. Pero los disturbios localizados continuaron en algunas zonas, y Pershing fue gobernador de la provincia de Moro, predominantemente musulmana, entre 1909 y 1913, antes de proseguir su carrera más conocida como líder de las fuerzas militares estadounidenses en la Primera Guerra Mundial.

Tenían problemas de terrorismo, igual que nosotros. Y atrapó a 50 terroristas que hicieron un daño tremendo y mataron a mucha gente. Y cogió a los 50 terroristas, y cogió a 50 hombres y sumergió 50 balas en sangre de cerdo – lo has oído, ¿verdad? Tomó 50 balas y las sumergió en sangre de cerdo. E hizo que sus hombres cargaran sus rifles, y alineó a las 50 personas, y dispararon a 49 de ellas. Y a la 50ª persona, le dijo: Vuelve con tu gente, y diles lo que pasó. Y durante 25 años, no hubo ningún problema. ¿De acuerdo? Veinticinco años, no hubo ningún problema.

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Admirado por los presidentes, venerado por los soldados, celebrado como un genio militar por sus seguidores y objeto de cotilleo por parte de los columnistas (era guapo, viudo y estaba disponible), Pershing fue una leyenda en su época. Un gran número de estadounidenses habría sido capaz de recitar la historia de la vida del granjero de Missouri: Graduado en West Point, Pershing fue oficial del 10º Regimiento de Caballería afroamericano durante las Guerras Indias, participó en la Batalla de San Juan Heights (donde Teddy Roosevelt sirvió como Rough Rider), fue un oficial clave durante la Rebelión Moro en el sur de Filipinas (de 1909 a 1913) y sirvió como gobernador allí, persiguió a Pancho Villa por el norte de México (a partir de 1914), y luego lideró la Fuerza Expedicionaria Americana hasta la victoria en la Primera Guerra Mundial.

Irónicamente, Black Jack, cuya fama se ha desvanecido en las siete décadas transcurridas desde su muerte, sigue siendo célebre entre los eruditos militares, pero no por lo que hizo, sino por lo que no hizo: y desde luego no cogió 50 balas, las mojó en sangre de cerdo y ejecutó a 49 musulmanes en represalia por el terrorismo islámico, como nos ha dicho repetidamente Donald Trump. La afirmación de Trump, difundida por primera vez en un mitin de campaña del 19 de febrero de 2016 en Carolina del Sur, citaba a Pershing como «un tipo duro», un rasgo de personalidad que, al parecer, el presidente admira mucho. Tras el atentado de esta semana en Barcelona, Trump tuiteó: «Estudien lo que el General Pershing de los Estados Unidos hizo con los terroristas cuando los atraparon. No hubo más Terror Islámico Radical durante 35 años!».