Fidel castro golpe de estado

Fulgencio batista

El golpe de estado cubano de 1952 tuvo lugar en Cuba el 10 de marzo de 1952, cuando el Ejército Constitucional Cubano, liderado por Fulgencio Batista, intervino en las elecciones que debían celebrarse el 1 de junio, dando un golpe de estado y estableciendo una dictadura militar de facto en el país[1].

Tras ocho años de gobierno bajo las presidencias democráticamente elegidas de Ramón Grau (1944-1948) y Carlos Prío Socarrás (1948-1952), Batista fue uno de los candidatos en las elecciones de 1952. Sin embargo, como algunos sondeos le situaban en un lejano tercer lugar, el 10 de marzo de 1952, apenas cuatro meses antes de las elecciones presidenciales, Batista dio el golpe, valiéndose de su posición dentro del Ejército y siendo apoyado por algunos sectores políticos del país. El golpe en sí fue incruento, pero atrajo la atención y la preocupación de la mayoría de la población. Batista derrocó al presidente Carlos Prío Socarrás, anuló las elecciones y tomó el control del gobierno como «Presidente Provisional»[cita requerida].

Batista (cuyo gobierno se formalizó tras las elecciones generales de 1954) siguió gobernando el país hasta el 1 de enero de 1959, cuando se vio obligado a exiliarse con su familia (primero a la República Dominicana gobernada por Trujillo, luego al Portugal corporativista y finalmente a la España franquista). El exilio de Batista marcó el punto álgido de la Revolución Cubana, que comenzó el 26 de julio de 1953 con el ataque al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y vio cómo Fidel Castro se convertía en el nuevo líder de Cuba[4].

Raúl castro

La Revolución Cubana fue una revuelta armada llevada a cabo por Fidel Castro y sus compañeros revolucionarios del Movimiento 26 de Julio y sus aliados contra la dictadura militar del presidente cubano Fulgencio Batista. La revolución comenzó en julio de 1953,[7] y continuó esporádicamente hasta que los rebeldes finalmente derrocaron a Batista el 31 de diciembre de 1958, sustituyendo su gobierno. El 26 de julio de 1953 se celebra en Cuba como el Día de la Revolución. El Movimiento 26 de Julio se reformó posteriormente siguiendo las líneas marxistas-leninistas, convirtiéndose en el Partido Comunista de Cuba en octubre de 1965[8].

La Revolución Cubana tuvo fuertes repercusiones nacionales e internacionales. En particular, transformó las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, aunque los esfuerzos por mejorar las relaciones diplomáticas han cobrado impulso en los últimos años, como el deshielo cubano[9][10][11][12] Inmediatamente después de la revolución, el gobierno de Castro inició un programa de nacionalización, centralización de la prensa y consolidación política que transformó la economía y la sociedad civil de Cuba[13][14]. [13] [14] La revolución también anunció una era de internacionalismo médico cubano y de intervención de Cuba en conflictos extranjeros en África, América Latina, el sudeste asiático y Oriente Medio[15] [16] [17] [18] En los seis años siguientes a 1959 se produjeron varias rebeliones, principalmente en las montañas del Escambray, que fueron derrotadas por el gobierno revolucionario[19] [20] [21] [22].

Lo que sucedió después de la revolución cubana

El 10 de marzo de 1952, los cubanos se despertaron con la noticia de que Fulgencio Batista, un ex presidente y un candidato con pocas esperanzas de victoria en las próximas elecciones presidenciales, había tomado el gobierno por la fuerza. El golpe de estado de Batista destrozó la frágil democracia cubana – y las aspiraciones políticas de un joven abogado llamado Fidel Castro. Castro se había presentado como candidato a diputado por un partido político llamado El Partido Ortodoxo. La mayoría de los cubanos se quedaron atónitos, pero en la Universidad de La Habana, tradicionalmente un hervidero político, abundaron las conspiraciones. El propio Castro comenzó a preparar una revuelta armada. «Una noche estaba en la escalinata de la universidad», relató el escritor Norberto Fuentes. «Sin dinero, sin trabajo, y sin saber qué hacer… y es entonces cuando decide atacar el Cuartel Moncada».

Castro convenció a los líderes estudiantiles universitarios para que le proporcionaran ametralladoras y algunas municiones que guardaban para emergencias, y las escondió de forma segura en la casa de su hermana en La Habana. Con mucho esfuerzo, empezó a reunir partidarios: doscientos jóvenes cubanos en un año, todos miembros del Partido Ortodoxo.

Valor neto de fidel castro

Al menos uno de los principales disidentes, el periodista Guillermo Fariñas, fue detenido antes de una protesta prevista para el 15 de noviembre, mientras que, según algunos informes, otros fueron puestos bajo arresto domiciliario. Yunior García, uno de los organizadores de la protesta -que fue clausurada por las autoridades- fue puesto bajo arresto domiciliario pero se le permitió salir de Cuba hacia España.

Resulta tentador considerar las protestas -y la idea de una crisis interna constante- como la característica que define a la Cuba contemporánea. Pero la crítica y la protesta han formado parte de la historia de Cuba desde la independencia. Y, lo que es más importante, a los cubanos se les enseña que es su deber revolucionario cuestionar y criticar constructivamente.

Los debates tampoco se limitan a la intelectualidad: la mayoría de los cubanos tienen una opinión sobre cómo mejorar su país. Pero, en general, y a pesar de las innegables dificultades a las que todavía se enfrenta el pueblo cubano, la mayoría sigue demostrando su compromiso con el mantenimiento del sistema, aunque trabajando para mejorar las condiciones.