Estado de justicia wikipedia

importancia de la justicia

La República (en griego: Πολιτεία, trad. Politeia; en latín: De Republica[1]) es un diálogo socrático, escrito por Platón hacia el año 375 a.C., sobre la justicia (δικαιοσύνη), el orden y el carácter de la ciudad-estado justa, y el hombre justo. [2] Es la obra más conocida de Platón, y ha demostrado ser una de las obras de filosofía y teoría política más influyentes del mundo, tanto intelectual como históricamente[3][4].

En el diálogo, Sócrates habla con varios atenienses y extranjeros sobre el significado de la justicia y sobre si el hombre justo es más feliz que el injusto[5]. Consideran la naturaleza de los regímenes existentes y luego proponen una serie de diferentes ciudades hipotéticas en comparación, que culminan en Calípolis (Καλλίπολις), una ciudad-estado utópica gobernada por un rey-filósofo. También discuten la teoría de las formas, la inmortalidad del alma y el papel del filósofo y de la poesía en la sociedad[6] El escenario del diálogo parece ser durante la Guerra del Peloponeso[7].

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departamento de justicia

Iustitia («Señora Justicia») es una personificación simbólica del poder coercitivo de un tribunal: una espada que representa la autoridad del Estado, una balanza que representa una norma objetiva y una venda que indica que la justicia debe ser imparcial[1].

Pero, después de todo, ¿qué es una ley? Cuando digo que el objeto de las leyes es siempre general, quiero decir que el derecho considera a los sujetos en masa y a las acciones en abstracto, y nunca a una persona o acción en particular. Desde este punto de vista, vemos enseguida que ya no se puede preguntar a quién corresponde hacer las leyes, puesto que son actos de la voluntad general; ni si el príncipe está por encima de la ley, puesto que es un miembro del Estado; ni si la ley puede ser injusta, puesto que nadie es injusto consigo mismo; ni cómo podemos ser a la vez libres y sujetos a las leyes, puesto que no son más que registros de nuestras voluntades.

Ha habido varios intentos de elaborar «una definición universalmente aceptable del derecho». En 1972, el barón Hampstead sugirió que no se podía elaborar tal definición[30]. McCoubrey y White dijeron que la pregunta «¿qué es el derecho?» no tiene una respuesta sencilla[31]. Glanville Williams dijo que el significado de la palabra «derecho» depende del contexto en el que se utiliza esa palabra. Dijo que, por ejemplo, el «derecho consuetudinario primitivo» y el «derecho municipal» eran contextos en los que la palabra «derecho» tenía dos significados diferentes e irreconciliables[32] Thurman Arnold dijo que es obvio que es imposible definir la palabra «derecho» y que también es igualmente obvio que no se debe abandonar nunca la lucha por definir esa palabra[33] Es posible adoptar la opinión de que no es necesario definir la palabra «derecho» (por ejemplo, «olvidémonos de las generalidades y vayamos a los casos»)[34].

secretario de justicia 2020

Una Teoría de la Justicia es una obra de filosofía política y ética de 1971 del filósofo John Rawls, en la que el autor intenta ofrecer una teoría moral alternativa al utilitarismo y que aborda el problema de la justicia distributiva (la distribución socialmente justa de los bienes en una sociedad). La teoría utiliza una forma actualizada de la filosofía kantiana y una forma variante de la teoría convencional del contrato social. La teoría de la justicia de Rawls es plenamente una teoría política de la justicia, a diferencia de otras formas de justicia discutidas en otras disciplinas y contextos.

La teoría resultante fue cuestionada y refinada varias veces en las décadas posteriores a su publicación original en 1971. Una importante reevaluación se publicó en el ensayo de 1985 «Justice as Fairness», y en un libro posterior con el mismo título, en el que Rawls desarrolló aún más sus dos principios centrales para su discusión de la justicia. Juntos, dictan que la sociedad debe estructurarse de modo que se conceda a sus miembros la mayor cantidad posible de libertad, limitada únicamente por la noción de que la libertad de cualquier miembro no debe infringir la de ningún otro. En segundo lugar, las desigualdades, ya sean sociales o económicas, sólo deben permitirse si los más desfavorecidos estarán mejor de lo que podrían estar en una distribución equitativa. Por último, si existe una desigualdad tan beneficiosa, ésta no debe dificultar que los que no tienen recursos ocupen puestos de poder, por ejemplo, cargos públicos[1].

jefe del departamento de justicia

El departamento está dirigido por el Fiscal General de los Estados Unidos, que es nombrado por el presidente y confirmado por el Senado de los Estados Unidos y es un miembro del Gabinete. El actual fiscal general es Merrick Garland, que juró su cargo el 11 de marzo de 2021[10].

Tras los infructuosos esfuerzos realizados en 1830 y 1846 para convertir el cargo de fiscal general en un puesto a tiempo completo,[13] en 1867, el Comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre el Poder Judicial, dirigido por el congresista William Lawrence, llevó a cabo una investigación sobre la creación de un «departamento de derecho» dirigido por el fiscal general y compuesto también por los distintos procuradores del departamento y los abogados de Estados Unidos. El 19 de febrero de 1868, Lawrence presentó un proyecto de ley en el Congreso para crear el Departamento de Justicia. El presidente Ulysses S. Grant firmó el proyecto de ley el 22 de junio de 1870[14].

Grant nombró a Amos T. Akerman como fiscal general y a Benjamin H. Bristow como primer procurador general de Estados Unidos la misma semana en que el Congreso creó el Departamento de Justicia. La función inmediata del Departamento era preservar los derechos civiles. Se dedicó a luchar contra los grupos terroristas internos que habían estado utilizando tanto la violencia como los litigios para oponerse a las enmiendas 13, 14 y 15 de la Constitución[15].