Vox sube en las encuestas

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Datos personalesNacidoSantiago Abascal Conde (1976-04-14) 14 de abril de 1976 (edad 45)Bilbao, País Vasco, EspañaPartido políticoPartido Popular (1994-2013)Vox (2014-actualidad)Cónyuge(s)Ana Belén Sánchez (div. 2018)

Abascal nació en Bilbao. Abascal desciende de una línea de destacados políticos de la provincia de Álava: su padre fue político y miembro del Partido Popular, y su abuelo fue alcalde de Amurrio entre 1963 y 1979, durante la Dictadura de Franco y la transición española a la democracia[1][2][3][4] Debido a su labor política, la familia de Abascal fue amenazada habitualmente por la banda terrorista ETA[5].

Se afilió al Partido Popular cuando tenía 18 años, en 1994.[6][7] Abascal fue concejal del Ayuntamiento de Llodio durante dos legislaturas (1999-2007).[8] Fue diputado en el Parlamento Vasco desde enero de 2004 hasta febrero de 2005 en representación de Álava.[9] Posteriormente volvió a ser diputado autonómico desde octubre de 2005 hasta enero de 2009.[10]

Tras dejar la política vasca, Esperanza Aguirre, la presidenta regional de la Comunidad de Madrid, le encontró un hueco en la región al nombrarlo a dedo para el puesto de director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid (2010-2012). Posteriormente, Abascal fue nombrado para otro puesto como director de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social (2013),[6] una entidad financiada con fondos públicos sin actividad conocida durante la etapa de Abascal[11][12].

encuestas de vox españa

El PSOE de Pedro Sánchez apenas obtendría el 24,4% de los votos en las elecciones, lo que supone la estimación más baja desde que el socialista lidera el Gobierno, según la última encuesta de Sigma Dos para El Mundo.    [EFE/José Manuel Pedrosa]

El PP de Pablo Casado y el ultraderechista VOX obtendrían juntos 178 de los 350 escaños, suficientes para gobernar ya que la mayoría absoluta está fijada en 176, según el sondeo. Las próximas elecciones generales en España se celebrarán a finales de 2023, y en cualquier caso no más tarde del 10 de diciembre de ese año.

El PSOE de Pedro Sánchez apenas obtendría el 24,4% de los votos en los comicios, lo que supone la estimación más baja desde que el socialista está al frente del Gobierno, según el último sondeo de Sigma Dos para El Mundo.

Este resultado -de confirmarse- se traduciría en 98 diputados para el PSOE, insuficientes para que Sánchez siga al frente del Ejecutivo de coalición, forjado en diciembre de 2019 por el PSOE y el izquierdista Unidos-Podemos.

Detrás de esta perspectiva negativa para el PSOE se encuentran diferentes crisis políticas a las que ha tenido que hacer frente el Gobierno en las últimas semanas, como la «histórica» subida del precio de la luz. Un 84,2% de los españoles considera que el Gobierno no ha hecho lo suficiente para paliar el impacto de la subida de la energía en los hogares, según la encuesta.

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En marzo, Jane Mayer, del New Yorker, obtuvo una grabación de un asesor de Mitch McConnell lamentándose en privado, en una llamada con líderes de grupos conservadores, de que el gran proyecto de ley de los demócratas sobre el derecho al voto, el For the People Act, tenía bastante buena acogida en las encuestas. «Cuando se les presentó una descripción muy neutral» de la misma, «la gente la apoyó en general», dijo el asesor.

Más del 80% de los encuestados dijeron que apoyaban la prevención de la interferencia extranjera en las elecciones, la limitación de la influencia del dinero en la política y la modernización de la infraestructura electoral para aumentar la seguridad de las elecciones. Más del 60 por ciento de los encuestados apoyaron la exigencia de comisiones de redistribución de distritos no partidistas, un periodo de votación anticipada de 15 días para todas las elecciones federales, el registro en el mismo día para todos los votantes con derecho a voto, el registro automático de votantes para todos los votantes con derecho a voto y dar a todos los votantes la opción de votar por correo.

Hay, por supuesto, algunas advertencias. La encuesta presentó estas preguntas sin indicaciones partidistas sobre qué partido apoya cada propuesta. De hecho, la única pregunta que mencionaba a los partidos -sobre si los demócratas deberían cambiar las reglas del Senado para poder aprobar la reforma de la redistribución de distritos sin el apoyo de los republicanos- estaba mucho más dividida. (El 47% de los encuestados dijo que estaba a favor de hacerlo, y el 42% dijo que se oponía).

líder del partido vox

El unitarismo político designa diversas teorías, conceptos o políticas que defienden o imponen un sistema de gobierno totalmente unificado y centralizado, con el objetivo último de crear un Estado unitario. En la práctica, el unitarismo suele manifestarse como una doctrina o movimiento político dentro de entidades políticas complejas (confederaciones, federaciones y otras uniones políticas), que aboga por el mayor grado de integración y unificación política, más allá de la mera centralización administrativa[1].

Uno de los principales objetivos de los unitaristas políticos (partidarios del unitarismo) es abolir o suprimir sustancialmente todas las formas de autogobierno y autonomía regional, transfiriendo los poderes de los estados confederados, unidades federales, regiones autónomas o cantones directamente al gobierno central. La unitarización y la regionalización se confunden a menudo con la centralización y la descentralización, respectivamente.

Históricamente, los complejos procesos de unitarización política solían ir acompañados de una lucha política entre los partidarios del unitarismo y la centralización radical, y sus oponentes, que defendían la descentralización y el regionalismo. En la historia política, ese tipo de lucha política fue muy frecuente, incluso desde la antigüedad. Uno de los ejemplos más famosos de resistencia local al unitarismo político en la época clásica fue el conflicto interno entre la antigua Atenas y otras ciudades-estado federadas en el seno de la Liga Délica.