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Vitaminas y sales minerales
Tabla de vitaminas y minerales en los alimentos
Las sales minerales son esenciales para el organismo y constituyen alrededor del 4% de nuestra masa corporal. En combinación con otros nutrientes, garantizan el buen funcionamiento del organismo, por ejemplo, ayudando a fortalecer ciertas estructuras o llevando oxígeno a las células del cuerpo.
Almacenamiento de minerales en el cuerpoLos huesos son depósitos naturales de sales minerales, especialmente de calcio y fósforo. Pueden considerarse como bancos que reciben y distribuyen estas sales constantemente en el organismo según las necesidades.
Conviene saberLa cantidad de un mineral u oligoelemento presente o necesario no refleja su importancia. El organismo sólo necesita unos pocos miligramos de yodo, por ejemplo, pero éstos pueden marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad.
Vitaminas y minerales para niños
Las vitaminas son sustancias orgánicas estructuralmente diferentes entre sí, pero todas ellas imprescindibles para llevar a cabo acciones específicas dentro de nuestro organismo. Merecen una atención especial porque el cuerpo no puede sintetizarlas por sí mismo a partir de otras sustancias y su presencia insuficiente en la dieta impide que el organismo exprese el máximo bienestar.
Aunque en diferentes porcentajes, las sales minerales están presentes en casi todos los alimentos. No aportan calorías (por lo que no «engordan») pero ayudan al organismo a producir energía. Los principales macroelementos son: calcio, fósforo, azufre, potasio, sodio, cloro, magnesio, mientras que el cobre, el hierro, el zinc y el selenio se encuentran entre los oligoles más importantes.
Función de las vitaminas y los minerales
Las vitaminas son sustancias orgánicas, lo que significa que las fabrican las plantas o los animales. Los minerales son elementos inorgánicos que provienen del suelo y del agua, y son absorbidos por las plantas o ingeridos por los animales. El cuerpo necesita grandes cantidades de algunos minerales, como el calcio, para crecer y mantenerse sano. Otros minerales, como el cromo, el cobre, el yodo, el hierro, el selenio y el zinc, se denominan oligoelementos porque sólo se necesitan cantidades muy pequeñas.
Las vitaminas y los minerales refuerzan el sistema inmunitario, favorecen el crecimiento y el desarrollo normales y ayudan a las células y los órganos a realizar su trabajo. Por ejemplo, seguro que has oído que las zanahorias son buenas para los ojos. Y es cierto. Las zanahorias están llenas de unas sustancias llamadas carotenoides que el cuerpo convierte en vitamina A, lo que ayuda a prevenir los problemas oculares.
La vitamina K ayuda a la coagulación de la sangre, por lo que los cortes y rasguños dejan de sangrar rápidamente. Encontrarás la vitamina K en las verduras de hoja verde, el brócoli y la soja. Y para tener unos huesos fuertes, necesitas consumir alimentos como la leche, el yogur y las verduras de hoja verde, que son ricos en el mineral calcio.
Fuentes de vitaminas
El zinc es un oligoelemento, lo que significa que el cuerpo sólo necesita pequeñas cantidades, y sin embargo es necesario para que casi 100 enzimas lleven a cabo reacciones químicas vitales. Es uno de los principales actores en la creación del ADN, el crecimiento de las células, la construcción de proteínas, la curación de tejidos dañados y el apoyo a un sistema inmunológico saludable. [1] Dado que ayuda a las células a crecer y multiplicarse, se necesita una cantidad adecuada de zinc durante las épocas de crecimiento rápido, como la infancia, la adolescencia y el embarazo. El zinc también está relacionado con los sentidos del gusto y el olfato.
Dado que el zinc favorece el crecimiento y el funcionamiento normal de las células inmunitarias, incluso una carencia leve o moderada puede ralentizar la actividad de los linfocitos, neutrófilos y macrófagos que protegen al organismo de virus y bacterias. La carencia de zinc es un problema de salud común en los niños de países de ingresos bajos y medios que contribuye al retraso del crecimiento, la diarrea, la neumonía y la malaria. [2] Los ancianos que pueden tener una baja ingesta de zinc por falta de apetito debido a múltiples enfermedades y medicamentos corren el riesgo de sufrir infecciones, como neumonía y úlceras cutáneas, como se revisa en la siguiente sección.