Museo del prado artworks

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La economía española, como todo el mundo sabe, está sumida en la recesión, con un mercado inmobiliario hundido, un sistema bancario inestable y una tasa de desempleo cercana al 30%. Todos los niveles de la administración pública están escasos de dinero; se siguen aplicando medidas de austeridad en todo el sector público; y en un país en el que casi todas las instituciones culturales dependen de la financiación pública, las artes se han visto especialmente afectadas. Algunos museos tienen que hacer frente a recortes del 70% en sus presupuestos de funcionamiento.

Ni siquiera el venerable Museo del Prado de Madrid ha salido indemne: en los últimos años, la contribución del Ministerio de Cultura español al presupuesto anual de 38 millones de euros (51 millones de dólares) del museo se ha reducido a la mitad, pasando de 22 millones de euros (29 millones de dólares) en 2010 a 11 millones de euros (14,5 millones de dólares) en 2013. Sin embargo, a pesar de los recortes, el Prado ha conseguido adaptarse, obteniendo nuevas fuentes de financiación y reduciendo algunos proyectos mientras mantiene otros. Ha logrado un récord de asistencia, con casi 3 millones de visitantes al año. En definitiva, se trata de un delicado acto de equilibrio por el que el director del museo, Miguel Zugaza, es ampliamente reconocido.

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La colección comprende actualmente unos 8.200 dibujos, 7.600 pinturas, 4.800 grabados y 1.000 esculturas, además de otras muchas obras de arte y documentos históricos. En 2012, el museo exponía unas 1.300 obras en los edificios principales, mientras que unas 3.100 obras estaban en préstamo temporal a diversos museos e instituciones oficiales. El resto estaba almacenado[4].

El edificio que hoy alberga el Museo Nacional del Prado fue diseñado en 1785 por el arquitecto de la Ilustración en España Juan de Villanueva por orden de Carlos III para albergar el Gabinete de Historia Natural. Sin embargo, la función definitiva del edificio no se decidió hasta que el nieto del monarca, Fernando VII, animado por su esposa, la reina María Isabel de Braganza, decidió destinarlo a un nuevo Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pronto pasaría a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura, y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió al público por primera vez en noviembre de 1819. Se creó con el doble objetivo de mostrar las obras de arte pertenecientes a la Corona española y de demostrar al resto de Europa que el arte español tenía el mismo mérito que cualquier otra escuela nacional. Además, este museo necesitó varias reformas durante los siglos XIX y XX, debido al aumento de la colección así como al incremento del público que quería ver toda la colección que albergaba el Museo[6].

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El Museo del Prado, conocido oficialmente como Museo Nacional del Prado, ocupa un lugar de honor entre otros famosos museos europeos. Cuenta con varias reproducciones de cuadros, que atraen anualmente a cientos de turistas.

Además, nadie queda indiferente ante la estricta elegancia de los interiores de este museo madrileño. El Museo del Prado cuenta con más de 8.000 cuadros y más de 400 esculturas. Las zonas de exposición del museo no permiten mostrar más de 2 mil cuadros y un centenar de esculturas. Todo lo demás se guarda en los almacenes y se expone en contadas ocasiones, en salas especiales. Para verlo todo no basta con dar una vuelta por el museo. Por eso los guardianes idearon una «pista» para todos los visitantes. En el mapa gratuito del museo, que recibe cada visitante, hay una descripción de las obras maestras para una inspección obligatoria. El mapa muestra el camino hacia todos los cuadros.

Este museo se inauguró en el lejano 1819. Al principio de su labor aquí se exponían colecciones de cuadros coleccionados por los monarcas españoles. La colección de pinturas tuvo lugar a lo largo de tres siglos, por lo que la colección podría llamarse grande.

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La colección comprende actualmente unos 8.200 dibujos, 7.600 pinturas, 4.800 grabados y 1.000 esculturas, además de otras muchas obras de arte y documentos históricos. En 2012, el museo exponía unas 1.300 obras en los edificios principales, mientras que unas 3.100 obras estaban en préstamo temporal a diversos museos e instituciones oficiales. El resto estaba almacenado[4].

El edificio que hoy alberga el Museo Nacional del Prado fue diseñado en 1785 por el arquitecto de la Ilustración en España Juan de Villanueva por orden de Carlos III para albergar el Gabinete de Historia Natural. Sin embargo, la función definitiva del edificio no se decidió hasta que el nieto del monarca, Fernando VII, animado por su esposa, la reina María Isabel de Braganza, decidió destinarlo a un nuevo Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pronto pasaría a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura, y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió al público por primera vez en noviembre de 1819. Se creó con el doble objetivo de mostrar las obras de arte pertenecientes a la Corona española y de demostrar al resto de Europa que el arte español tenía el mismo mérito que cualquier otra escuela nacional. Además, este museo necesitó varias reformas durante los siglos XIX y XX, debido al aumento de la colección así como al incremento del público que quería ver toda la colección que albergaba el Museo[6].